Esta nueva publicación tiene como propósito dar a conocer, analizar y criticar el taller Nº 2 realizado en clases los días 12 y 13 de septiembre.
Este taller, que tenia por nombre, análisis de problemas sobre estadística y probabilidad, consistía en (1) resolver una amplia gama de problemas propuestos, posteriormente debíamos (2) indicar los conceptos y procedimientos matemáticos allí existentes, luego teníamos que (3) clasificar los enunciados, de acuerdo a nuestra perspectiva, en tres grupos (fácil, intermedio, difícil), continuando con el taller, debíamos (4) para cada problema enunciar otros dos del mismo tipo con la idea de que con estos nuevos enunciados nos parezca más fácil y más difícil resolver estos problemas (uno de cada uno), casi al finalizar, teníamos que (5) meditar acerca de los enunciados reflexionando acaso eran suficientemente precisos y comprensibles para los estudiantes proporcionando un enunciado alternativo para aquellos que no resultasen ser completamente claros, y por último, (6) apoyándonos en una colección de libros de textos escolares, debíamos buscar tipos de problemas no incluidos en el taller, explicando en que se diferencian.
Me parece que el taller resulta ser de real importancia para nosotros, en nuestra formación como docentes, puesto que, gracias a trabajos como éste somos capaces de ir comprendiendo los continuos errores que los profesores cometen al momento de realizar una prueba, un trabajo, una guía de trabajo, etc., errores que nosotros deberemos captar a tiempo poniéndonos en el lugar del estudiante al instante de redactar los problemas, con el fin de que los alumnos al momento de leer los enunciados sean capaces de comprenderlos y sepan lo que tienen que hacer claramente sin tener la necesidad de preguntar al profesor.
Recuerdo mi época como estudiante en la enseñanza media y más aun la enseñanza básica, muchas veces nos pasó que en las pruebas no entendíamos, con mis compañeros, lo que debíamos hacer, con lo cual, nos veíamos en la obligación de preguntar al profesor, en donde como respuesta recibíamos un “pucha los cabros tontos” antes de ella. Siempre los profesores nos echaban la culpa a nosotros de no entender los enunciados, ya sea por no saber leer, por no tener la inteligencia para comprender, etc., pero ahora me doy cuenta que la verdadera culpa la tenían ellos mismos, los profesores, ya que como profesionales no eran capaces de transmitir a los estudiantes claramente lo que debían realizar por medio de un escrito, dejando entre ver rotundamente este gran déficit en su labor pedagógica.
Por otro lado, a modo de crítica, creo que el taller debería haber sido un poco más corto y no en grupos sino que individual, pues bien, el primer ítem en el que hay que resolver los problemas, desde mi punto de vista, se debería eliminar porque para nosotros resulta muy fácil de hacer y lo que nos interesa son los otros ítems en los que se pone mayor énfasis en la labor pedagógica. Además debería haber sido individual, porque como se realizó en un corto tiempo cada grupo se dividió el trabajo para entregarlo a tiempo y lograr la “nota deseada”, con lo que no se le dio el debido interés por cada integrante del grupo a todo el taller en sí, esto es, cada uno hizo su parte y no tomó conciencia de lo significativo que resultó ser para nosotros cada ítem del taller.
Por último, creo que lo más importante y significante para nosotros, futuros profesores, fueron los ítems 2, 3, 4 y sobre todo el 5, por lo ya antes mencionado. Los otros tres ítems (2, 3, 4) nos sirven para darnos cuenta del conocimiento y el manejo que poseemos en cuanto al contenido y/o contenidos puestos en juego.
Para reflexionar:
¿Creen ustedes que tengo completa razón con lo mencionado acerca del taller?
¿Ustedes creen que cuando seamos profesores seremos capaces de emplear todo el conocimiento aprendido y no ser absorbidos por el sistema?
¿Tiene relevancia para nosotros tanta teoría sin apoyarse de una práctica adecuada?
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